Conservación y Restauración Obras de Arte

 

Este aspecto de la gestión de cualquier patrimonio cultural es esencial, y no solo porque incide directamente en su valor económico. Creo que es necesaria una mayor difusión de los criterios básicos que todo coleccionista de Arte debe conocer.

Abordamos aquí algunos CRITERIO DE CONSERVACIÓN, de forma genérica y aplicable a todas las materias, tanto orgánicas como inorgánicas. Entendemos la conservación como aquellas acciones encaminadas a retener en el tiempo las características de la obra, que mantenga en la mayor medida posible la materia, la forma, los colores y los barnices frente a agentes externos que actúan en su contra.

Señalamos los tres principales agentes ambientales; luz, temperatura y humedad.

Todos los objetos deben encontrarse siempre protegidos de la luz directa del sol, ni si quiera debemos contemplar su incidencia a través de visillos, estores o materiales traslúcidos. Debería de mantenerse, en la medida de lo posible, una temperatura constante, ya que los cambios bruscos inciden especialmente sobre la materia, ya sea madera, lienzo, policromía, marfil, tejidos etc. Debemos colocar las piezas alejadas de focos de calor como radiadores, especialmente los muebles y lienzos. Este calor focal provoca fuertes tensiones de desgaste, que acaban degradando a largo plazo su estado de conservación.

El tercer factor ambiental a considerar, la humedad, en la actualidad puede ser controlado de manera sencilla, mediante una gran variedad de aparatos presentes en el mercado. La madera, materia que soporta peor los cambios bruscos, provocando grietas de difícil solución es quizás el elemento más sencible y que requiere mayor dedicación.

 

Conservación y Restauración Obras de Arte

Apuntamos también algunos CRITERIOS DE RESTAURACIÓN que pueden ser de interés para todos los coleccionistas y apasionados del Arte.

En primer lugar debemos poner nuestras piezas en manos profesionales a la hora de someterlas a restauración, no hay mejor forma de conservarlas en buen estado.

En la PINTURA existen zonas menos visibles estéticamente, que al coleccionista pueden pasarle inadvertidas y que sin embargo resulta fundamental mantener en buen estado. Me refiero al soporte de la pintura, es decir el bastidor y el lienzo o la tabla, sobre los que se sustenta la capa pictórica. El bastidor debe ser fuerte, de madera maciza. Si con los años ha perdido fuerza, tensión e incluso las cuñas, es recomendable sustituirlo, para seguir aportando a la capa pictórica la tensión necesaria para su conservación.

Por otro lado la capa pictórica, debido al movimiento natural del lienzo en los cambios de invierno a verano y viceversa, sufre tensiones que acaban provocando lo que llamamos craquelado. Este desgaste natural de la obra debe ser vigilado y puesto en manos profesionales a lo largo de los años. Descuidarlo supone una degradación y una pérdida de valor de nuestros bienes patrimoniales.

En los TAPICES  la mayor dificultad de conservación que presentan estas piezas es el sistema de colgadura, ya que las piezas se encuentran siempre verticales y son necesarios buenos forrados en la cara posterior, que no provoquen fuerzas inversas que terminen separando los reles.